El enemigo de los exámenes: La Ansiedad
Los exámenes son frecuentemente utilizados no sólo en la etapa educativa, sino también pueden solicitarte que presentes uno en tu empleo, ya sea para demostrar tus aptitudes o ascender de puesto. Así que un examen es más común de lo que crees, y a pesar de que seguramente has presentado bastantes, sigues teniendo ansiedad a la hora de pensar en el día en que los realizarás, y lo peor es cuando estas presentándolo, empiezas a sentirte nervioso, inseguro e incluso la mente se te pone en blanco.
Estos signos de nerviosismo son comunes entre las personas, sin embargo, hay otras que los presentan de forma más intensa. Pero ¿a qué se deben los nervios ante un examen? Es a causa de la ansiedad, la cual se provoca porque sabemos que es una situación donde es muy importante demostrar nuestros conocimientos, el rendimiento y por la enorme presión que tenemos por tratar de que nos salga todo bien. Y es que también es válido querer demostrar que estamos muy bien preparados, solamente que esa presión y el nerviosismo, nos forma ese nudo en la garganta, lo cual interfiere directamente en la concentración y, por lo tanto, en el rendimiento.
¿Sabías que hay personas que tienen demasiada ansiedad ante un examen que pueden llegar a vomitar o incluso desmayarse?
Así es, son tantos los nervios, que se les revuelve el estómago, presentan dolor de cabeza, les sudan las manos, el corazón les late deprisa.
La ansiedad es una reacción anticipada a una situación estresante, la cual como ya mencionamos puede afectar nuestro cuerpo y como resultado: la mente. Esto se debe a una hormona llamada “adrenalina”, la cual es liberada cuando las personas están bajo estrés y cuya función es prepararnos para el peligro. Y aunque sabemos que el examen no representa como tal un peligro que ponga en riesgo nuestra vida, si nos sentimos nerviosos, incluso parecería que se bloquean nuestros conocimientos, así que puede llegar a sucederte ese pensamiento de que todo lo que estudiamos y repasamos en el día anterior no sirvió para nada, porque seguimos igual de nerviosos y sin saber que responder en su mayoría.
¿Y por qué decimos que la ansiedad es el enemigo de los exámenes? Porque además de todas las sensaciones que surgen en nuestro cuerpo, nuestra mente también se centra en lo que puede ocurrir si no aprobamos el examen. Por lo tanto, ¡aumenta la presión!, ronda en nuestra cabeza los conocimientos, los pensamientos de que lo responderemos adecuadamente y también la inseguridad de que consideremos difícil el examen a presentar.
Recomendación
Una recomendación para tener controlados los nervios es mantenerte tranquilo, prepararte para los exámenes con varios días de anticipación, y sobre todo si detectas que hay temas que no dominas o tienes dudas necesitarás tiempo para consolidar esos temas. Además, prepararte días antes, te servirá mucho si son lecturas con datos específicos que debes rescatar. Otro consejo para antes del examen es dormir bien, mantenerte hidratado y sentirte seguro de lo que sabes.
El siguiente consejo es para el día del examen: evita tener pensamientos negativos, ya que centrarte en ello promueve la ansiedad, además nuestra mente se concentrará en estos pensamientos y no podremos dirigir nuestra atención en las preguntas que nos solicitan. Es en esta parte donde podemos caer en un círculo vicioso, ya que mientras más pensamos en lo que sucedería si no aprobamos, más intensa puede hacerse nuestra ansiedad.
Algo muy importante, es que la ansiedad en los exámenes puede perjudicarnos en el resultado, sin embargo, también podemos caer en un bajo resultado porque no nos concentramos debido a problemas personales, ya que también es común que las personas tengan problemas para poner atención si ronda en nuestra cabeza otros temas de nuestro entorno, lo cual interferirá directamente en la concentración y no precisamente por la ansiedad del examen.
Así que, en tu próximo examen, recuerda que, si tu mente se llena de pensamientos negativos o miedos, estaremos alentando al enemigo de la ansiedad a crear distracción, y, por ende, obtener resultados negativos.
